No quiero pensar ni vivir el mundo que conozco sin libertad, sin la apasionante necesidad de reinventarlo día a día, sin la posibilidad de deleitarme en la maravilla de los sonidos, texturas, colores, cuerpos y formas del mundo. Sólo una reflexión que coloque al centro de las preocupaciones al ser humano y el medio ambiente, que se pregunte por la relación tripartita entre el ser, la sociedad y la naturaleza, puede darnos algunas respuestas y provocarnos el seguir cuestionando el poder, la vida enajenada y glorificada en su misma pobreza; y, por medio de esto, reconstruir la comunidad misma.

No quiero y me niego a aceptar que el espíritu rebelde fundado en la naturaleza misma del hombre, expresada y defendida por griegos y sectas ‘herejes’, poetas malditos y científicos irredentos por el peso del olvido o castigados por la mano de las teocracias, haya sido borrado o aprisionado, ¡es imposible! Es así que, en medio de esta civilización de orden materialista, que se ha forjado bajo los principios de la violencia, de la premisa del poder ejercido sobre las grandes mayorías, y que se ha auto-designado Monarquía, Imperio, República, Democracia o Dictadura, me es necesario volver al pensamiento y acción de aquellos hombres y mujeres de espíritus libres, cuestionadores de las bases autoritarias de nuestra sociedad, y que tornaron sobre sí mismos, buscando una moral y ética asentada en la virtud del individuo: la política como acción para la transformación individual, social y ecológica del mundo.

Por estas razones, vuelvo a Henry David Thoreau y su radical libertarianismo; vuelvo a León Tolstoi y su negación del poder político y de la violencia, de su resistencia al mal, confiando en la ética del Cristianismo; me vuelvo a las raíces de mi civilización, para gastarla en su fundamento, contribuir a su derrumbe. Mis palabras van dedicadas a la juventud.

En Santiago, a 26 de abril de 2010.
Maximiliano Astroza-León.

Una respuesta to “Profesión de Fe”

  1. anarchisto Says:

    Por el momento, se puede caminar.

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